domingo, 7 de noviembre de 2010

Vísperas del silencio, ejemplo del universo de Aldecoa.

Antes del amanecer, solamente un instante, como del rayo, se abrirá el silencio en la ciudad. Callejas de turbio silencio. Calles de silencio compacto. Glorietas de transparente silencio. Plazas de silencio geométrico. Parques donde el silencio se trenza sobre las copas de los árboles y deja caer sus grandes colas hasta el suelo. Luego seguirá la vida; la vida y sus historias con esperanza, con alegría, con tristeza, con dolor…”


Ignacio Aldecoa finaliza así su relato “Vísperas del silencio”, título que he tenido la osadía de tomar prestado para este blog.

En Vísperas del silencio encontramos las vertientes temáticas de la obra del autor alavés: una más existencial y la otra más social. La dureza del trabajo en las alcantarillas de la ciudad, la aparición de una nueva clase social frívola, artificiosa y vacía, la resignación, la soledad, la tragedia y la muerte son algunos de los temas que encontramos al leer este texto en el que Aldecoa utiliza la palabra justa, precisa, equilibrada y armónica que lo convierte en poesía sin que esto condicione su expresividad narrativa.

La ciudad de Madrid, que aparece como escenario de esta historia, se nos presenta habitada por un lado, por unos seres que todavía luchan por la subsistencia gracias a un trabajo duro y sacrificado; y por el otro, por una clase media acomodada que disfruta del consumo generalizado y ocupa su tiempo en quehaceres banales.

La deficiencia social, política y económica de los años de la posguerra se ven reflejados en las situaciones que viven los protagonistas de la historia, víctimas inocentes de un momento histórico del que ellos no son responsables y que están caracterizados por su honda sencillez y bondad. Pero frente a este tipo de personajes con los que el lector se muestra solidario, también aparecen otros que tan sólo se preocupan por disfrutar de todo aquello que sea banal convirtiéndose en seres insensibles al sufrimiento de sus semejantes.



Pero la principal habilidad de Aldecoa en este cuento y en toda su obra reside en la adopción de determinados rasgos estilísticos que son definición y expresión de contenido, estructura y vehículo del mensaje que nos cuenta. Una vez que elige el tema del que nos va a hablar lo somete a una forma expresiva capaz de transmitir todo su fermento, todo sus valores, prescindiendo de aquello que no sea necesario para la finalidad esencial mediante un estilo que, como diría Julio Cortázar, se base en “la intensidad y la tensión” y en la que los elementos formales y expresivos se ajusten a la índole del tema y le den su forma visual y auditiva más penetrante.


“Alzó la cabeza. El asfalto mojado reflejaba la luz de un sol de mediodía enfundado entre nubes. Sintió en la nunca unas punzadas al ruido de las llantas de un carro que pasaba tras él. El final de la calle se difuminaba en un halo de niebla clara. Respiró libertad, profundamente, hasta sentir dolor dentro de la nariz, en la cabeza, como cuando se lavaba y el agua le penetraba por las fosas nasales.”

Espero que este blog sirva para que respiremos con libertad y compartamos con aquellos que lo quieran leer opiniones sobre los temas que aparezcan en él, para huir del temido e inevitable silencio, porque nuestra existencia no es otra cosa que una víspera del silencio. De ese silencio que “corre como un temeroso perro delante de los zapatos de los serenos. El silencio salta trizado en la chuzada dada en el borde de la acera. El silencio vuela de las celdillas de las cerraduras, que se abren o se cierran, buscando nidos de espera.”

2 comentarios:

  1. Pinta muy bien tu blog Ramon. Estaré por aquí a menudo. Estupendo inicio con Aldecoa. Este hombre no tenía pelos en la lengua, y además hablaba hermoso. Compromiso y belleza ¡qué difícil!
    Se echan de menos autores así.

    ¡Salud y larga vida a "Vísperas del Silencio!

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  2. Gracias estimado Mariano.

    La obra de Aldecoa és breve pero intensa y poco estudiada, en estos quehaceres estoy desde hace tiemp, lástima que la rutina del trabajo diario a veces no me dé el suficiente cuartelillo para dedicarme con más intensidad.

    Espero que las entradas estén a su altura.

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